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Foto del escritorTeresa Salgado

Aceptar nuestras circunstancias.




¿Qué tanto aceptamos nuestras circunstancias?


¿Qué tanto nos aceptamos a nosotros mism@s?


Antes de hablar sobre la aceptación me parece importante comenzar mencionando lo que puede implicar y conllevar la NO aceptación.


Esa lucha constante contra alguna situación o algún aspecto de nuestra persona.


Podemos tener ciertas expectativas de cómo debería ser nuestra vida y de cómo deberían de ser nuestras relaciones.


La NO aceptación nos puede hacer sentir vergüenza, conectar con un sentimiento de inadecuación, con la idea de que algo nos falta, de que "deberíamos" ser diferentes.


Puede incluso generarnos la sospecha de que hay algo "mal" en nuestra persona.


Durante algun tiempo intente ser mas "divertida", "extrovertida" y "sociable" de lo que era.


De alguna forma creia que ser timida e introvertida era algo indeseable que se debia de ocultar.


Me comparaba con personas seguras y socialente desenvueltas, reafirmando que algo me fallaba a mi.


¿Dónde aprendi o cómo llegue a la construcción de que la tranquilidad y el silencio no son bienvenidos?


A lo largo de nuestra vida vamos aprendiendo e introyectando cuáles son aquellas “buenas formas” de estar en el mundo.


Vamos percibiendo de qué forma impactamos en las personas que nos rodean.


Qué aspectos nuestros son aceptados y cuáles no.


En ocasiones, nos encontrarnos en ciertos entornos donde pareciera que para ganarnos la pertenencia hubiera que renunciar a partes fundamentales de nuestro ser.


Podría parecernos inaceptable la idea de vivir con ciertos rasgos y de sentir ciertas emociones.


Al esforzarnos por experimentarnos de forma diferente, podemos sentir frustración, autoexigencia y diferentes tipos de sufrimientos.


Cuando intentamos ser de una forma que no concuerda con nuestra verdadera naturaleza, perdemos gran parte de nuestra energía y de nuestra espontaneidad.


La terapia Gestalt habla sobre la teoría paradójica del cambio, que consiste en que la persona sólo logra cambiar cuando comienza a aceptarse como es.


Por ejemplo, cuando lucho contra mi seriedad e intento ser alegre, probablemente acabo envuelta en una red de autoexigencia. Cuando acepto que soy una persona seria y me permito habitarme desde ahí, quizá en ese momento aparezca la alegría que también es parte de mí.


La terapia puede ser un espacio seguro para explorar nuestras diferentes formas de estar en el mundo, en un ambiente de aceptación y de respeto.


A través de la mirada amorosa de nuestr@ terapeuta podemos empezar a reconocer ciertas experiencias y descubrir aspectos de nuestra persona que desconociamos.


Al encontrar un entorno diferente que acepta lo que incluso considerabamos inaceptable, podemos darnos cuenta que aquellas partes que rechazabamos no eran tan "malas" como pensabamos.


Aceptar y abrazar nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras experiencias, nuestra historia y aquellas decisiones que hemos tomado, puede ser un primer camino para reconciliarnos con nosotr@s mismos, perdonarnos por aquello que no somos y entregarnos a lo que si tenemos.


Tomar conciencia de quiénes son aquellas personas que nos reciben, cuáles son aquellos entornos que nos aceptan y perciben la belleza que encierra nuestra formula personal, puede ser una experiencia profundamente sanadora.


Psic. Teresa Salgado Borge

Psicoterapeuta gestalt



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